Así titula su vídeo en youtube, José Antonio López Guerrero, profesor titular de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), investigador y director del Departamento de Cultura Científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (DCCCBMSO). Este vídeo es parte de la campaña “Salvemos la investigación“, mediante la que el Dr. López Guerrero quiere recaudar fondos para continuar sus investigaciones sobre el papel del herpes en la esclerosis múltiple. Así está la ciencia en España: los científicos prácticamente pidiendo limosna para poder continuar su trabajo. Por que sí, el sorteo en el que participas por donar es simbólico, ni para eso hay dinero.
A pesar de que es evidente la falta de recursos económicos, en estos días también hemos visto publicadas en el diario ABC, las declaraciones de Óscar Marín, que dejará el Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-Universidad Miguel Hernández) para dirigir el Centro de Neurobiología del Desarrollo del King’s College de Londres. De sus declaraciones, ABC destaca que «El problema más grave de la ciencia en España no es el dinero». Aunque probablemente lo que quiera decir el Dr. Martín es que el problema más grave de la ciencia española es el menosprecio que los políticos, los empresarios y gran parte de la población tienen por ella, hemos de reconocer que hoy en día el problema fundamental sí es el dinero.
El problema es que los proyectos del Plan Nacional salgan con un año de retraso. El problema es que se haya reducido en un 60% el número de becarios en el CSIC. El problema es que hayan tenido que rescatar al CSIC in extremis porque el presupuesto asignado no llegaba. El problema es que se convoquen menos contratos Ramón y Cajal y que muchos de ellos tengan que volver a emigrar o dejar la ciencia porque no se estabilizan. El problema es que sustituyan los contratos Juan de la Cierva de tres años por contratos postdoctorales de dos años. El problema es que no se convoquen plazas de personal técnico y de apoyo desde no se sabe cuánto tiempo. El problema es que se presenten a plazas de científico titular del CSIC candidatos que ya dirigen sus propios proyectos de investigación pero que se quedan en la calle este año. El problema es que las empresas no solo no inviertan en I+D sino que emplean fondos públicos para actividades que no son I+D. El problema es que el Gobierno haya reducido un 40% el presupuesto en I+D. El problema es que muchas comunidades autónomas hayan prácticamente suprimido sus programa de ciencia. El problema es que el CSIC haya eliminado el programa JAE. El problema es que hay centros de investigación despidiendo o prejubilando científicos mediante EREs…
Vemos, por tanto, que el dinero sí es el problema, y nos gustaría que los científicos españoles de renombre, como Oscar Marín, aprovechen el acceso que tienen a los medios de comunicación para denunciar la situación en la que se encuentran muchos de sus compañeros, como José Antonio López Guerrero
Es cierto que el problema de la ciencia española no se arregla solo con dinero y que es necesario un cambio de actitud frente a la ciencia por parte de toda la sociedad. Pero no podemos esperar a que ese cambio se produzca, porque mientras tanto los laboratorios se vacían y los jóvenes (y no tan jóvenes, como Izpisúa) se marchan del país o dejan la investigación para dedicarse a otras actividades. No podemos, por tanto, poner paños calientes a la herida. La ciencia española se desangra, y mientras nos hacemos estos planteamientos sin actuar de verdad, el paciente se nos muere. Se necesita un torniquete urgentemente.