Comunicado de ‘Ciencia con Futuro’ y ‘Ciencia para el Pueblo’ por el 1 de mayo

A pesar de tímidas mejoras recientes, como la conversión de las becas públicas en contratos, los trabajadores de la ciencia en nuestro país se siguen viendo abocados a desarrollar su labor en un entorno precarizado.

Las discusiones sobre las condiciones laborales en el sector científico suelen justificarse aludiendo a que el trabajo en este sector es una carrera vocacional y no ligada a expectativas salariales o condiciones de vida dignas.

Así se justifican abusos impensables en otros sectores, como por ejemplo, trabajar sin contrato al finalizar una beca, realizar horas extra sin remunerar, trabajar en días festivos y, en definitiva, se asume la precariedad como algo inherente a toda carrera investigadora.

Parte de estos abusos se han visto agravados por los recortes en investigación de los últimos años; recortes que se han traducido en:

· 11.000 investigadores/as menos desde 2010.

· 40% de recortes en I+d+i desde 2009.

· Desaparición de un Ministerio de Ciencia e Innovación.

· Inexistencia de una carrera investigadora digna para científico/as titulares, docentes, becarios y para personal técnico.

· Existencia del llamado ‘techo de cristal’ para las mujeres al querer progresar en la carrera  investigadora.

· Menos contratos para el personal laboral y demonización de aquello/as que tratan de conseguir un contrato indefinido.

La situación laboral en el CSIC es especialmente preocupante. El organismo, que estuvo a un paso de colapsar en 2013, ha llegado incluso a amenazar con represalias a los investigadores y centros de investigación que hayan contribuido, aunque sea de forma indirecta, a la estabilización laboral de sus trabajadores.

Otra consecuencia importante de los recortes en I+D, es la precarización de la carrera investigadora, la falta de interés por parte de nuestros representantes políticos en la investigación científica y  la constante pérdida de capital humano. Para un trabajador en ciencia, pasar parte de su carrera en el extranjero, bien para trabajar o formarse, es algo habitual y en cierta medida deseable. Sin embargo, en muchas ocasiones los investigadores se ven obligados a emigrar por falta de oportunidades.

Tampoco hay que olvidar que los avances en ciencia en este país serían imposibles sin el trabajo del personal técnico, cuyas carreras profesionales también se ven mermadas por la falta de estabilidad y continuidad en las convocatorias de proyectos de investigación. Y por supuesto, sin el trabajo de las becarias/os de investigación, a los que a menudo ni siquiera se les considera como trabajadores.

Por todo ello, consideramos que hace falta poner en pie mecanismos para erradicar estas injusticias y para proveer a la ciencia española de los fondos necesarios para desarrollar una carrera investigadora estable, bien definida y no sujeta a ciclos electorales. Que permita así a las investigadoras/es realizar su labor con dignidad y en igualdad de oportunidades.

Hoy 1 de mayo también es una jornada de lucha para las personas que trabajamos en el sector científico y académico: queremos recuperar nuestros derechos laborales y nuestra dignidad.

Por una ciencia con futuro. Por una ciencia para el pueblo.

 

CXP

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