El pasado sábado 22 de abril, tuvieron lugar las Marchas por la Ciencia en más de 600 ciudades del mundo. El objetivo de esas marchas eran poner de manifiesto la necesidad de anteponer el conocimiento científico a las políticas de los gobiernos, particularmente el de Estados Unidos, presidido por Donald Trump.
En España se celebraron finalmente actos en al menos seis ciudades, Madrid, Barcelona, Girona, Granada, Valladolid, además de Sevilla. Los objetivos en España eran sumarse a la gran movilización internacional, apoyando y solidarizándonos con las problemática expuestas desde Estados Unidos. Además, parecía una buena oportunidad para coordinar y movilizar a los diferentes colectivos que han surgido recientemente o que llevamos ya unos años trabajando, en una campaña de apoyo a la ciencia española.
Desde Ciencia Con Futuro queremos poner de relieve las dificultades que surgieron en la organización de las marchas en España. El primer grupo promotor, que no pertenecía a ningún colectivo concreto, se vio superado y requirió la colaboración de los colectivos que ya llevamos un tiempo trabajando por la defensa de los valores de la ciencia en España. Tras varias semanas y ante la posibilidad de que en España no se celebraran las marchas, conseguimos el reorganizarnos entre varios grupos para ponernos a la tarea. Sin embargo, el tiempo que quedaba disponible era poco, lo que puede haber influido en la efectividad de la organización. Finalmente, las marchas lograron un considerable alcance mediático, sobre todo en los últimos 7-10 días. Es probable que el impacto hubiera sido mayor con mayor coordinación y más tiempo de preparación y si la actualidad mediática no se hubiera visto afectada por los casos de corrupción que saltaron a la luz en los días previos.
En cualquier caso, y dadas las dificultades mencionadas, desde Ciencia Con Futuro valoramos las marchas, tanto en España como globales, como un rotundo éxito para la ciencia. Ha sido un hecho sin precedentes que científicos de todo el mundo marchen al unísono con los mismos objetivos en todos los rincones del Globo. En España, el éxito es también razonable, dadas las dificultades que hemos experimentado en otras ocasiones para movilizar al colectivo científico. Aún así, la participación de 300-500 personas en Sevilla, unos 1000-3000 en Madrid y entre 300-500 en Barcelona nos parecen insuficientes dados los desafíos a los que la ciencia española se enfrenta.
En ese sentido, pensamos que sería muy importante crear una coordinadora científica donde se incorporen representantes de los distintos colectivos y sindicatos y otras organizaciones para llegar a más personas, al modo de Carta por la Ciencia o la Marea Roja. Para que dicha acción coordinada pueda promocionar un cambio significativo en la relación entre Ciencia y sociedad española, creemos necesario comenzar por objetivos concretos, medibles y alcanzables. Desde Ciencia Con Futuro planteamos los siguientes como base de discusión:
- Conseguir que los partidos políticos reconozcan la validez del conocimiento científico como fuente de inspiración de políticas públicas. Este objetivo debe plasmarse en el nombramiento de “Consejeros Científicos” encargados de evaluar que las propuestas de los partidos se basen en datos empíricos.
- Como consecuencia natural del reconocimiento de valor del conocimiento científico, el gobierno deberá dotarse de una “Oficina Científica” (a inspiración y al mismo nivel de la Oficina Económica de La Moncloa).
- Incorporar el discurso científico en las políticas públicas es del todo insuficiente sin la despolitización de las instituciones científicas nacionales, los presidentes de la AEI y del CSIC pasarán a ser nombrados por las Cortes Generales y no por el gobierno entre candidatos propuestos por los partidos e instituciones (Instituto de España, CRUE, COSCE etc.). Los candidatos presentarán proyectos de acción plurianuales y serán evaluados por los parlamentarios.
- Reforzar la comunicación de la Ciencia mediante un pacto nacional por la divulgación, que refuerce el reconocimiento de la actividad de divulgación de los investigadores, exija a los OPIs la contratación de personal de comunicación y apueste por mejorar la cultura científica en la educación y en los medios públicos.
- Reconocimiento del papel del personal de apoyo en los OPIs, de manera que se destierre la visión simplista del “investigador-orquesta” en favor de una visión de equipo en la actividad científica.
Estos objetivos son un punto de partida para un cambio de paradigma en el sistema español de Ciencia e Innovación. Seguramente habrá puntos importantes, y hasta urgentes, que se nos habrán quedado fuera. Muchos echarán de menos las tradicionales reclamaciones de mejor financiación y de implantación de una carrera investigadora meritocrática. No nos olvidamos de esos temas, pero las Marchas pretendieron reforzar la unión de comunidad científica y sociedad civil en aras de un progreso sostenible en libertad. Creemos que esa es una necesidad imperiosa y urgente. Y que los objetivos más corporativos se pueden lograr de manera natural si la clase política se rinde a incorporar sin reservas el conocimiento científico en la política y a despolitizar la gestión de la Ciencia española.
En un día como hoy, primero de mayo, no podemos dejar de recordar la precariedad a la que siguen estando sometida gran parte de la comunidad científica española, y en particular la más joven. Queremos hacer una mención especial a los compañeros y compañeras que tuvieron que emigrar y que están dando lo mejor de sí para beneficio de otros y no de sus conciudadanos que tanto esfuerzo invirtieron en su formación.
Recordamos que un país sin ciencia es un país sin futuro.
Ciencia Con Futuro
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