Estas tasas de prevalencia sugieren que un grupo importante de estudiantes de doctorado experimentan dificultades psicológicas o están en riesgo de tener o desarrollar un trastorno psiquiátrico común.
Esta no es una frase de los autores de esta entrada. Es una frase extraída del artículo científico
Work organization and mental health problems in PhD students, Katia Levecquea, Frederik Anseela, Alain De Beuckelaerd, Johan Van der Heyden, Lydia Gisle, Research Policy 46 (2017) 868–879
en el que se analizan la prevalencia de dificultades psicológicas en estudiantes de doctorado en Flandes, Bélgica.
Es cierto que la realización de una tesis es un periodo laboral que puede resultar muy estresante, pero no podemos obviar otros posibles factores como el acoso laboral en Ciencia como causantes de esta desoladora situación. Se podría argumentar largo y tendido sobre las posibles causas de tan preocupantes estadísticas – la Ciencia es una actividad difícil y frustrante per se, plazos de entrega acuciantes, etc. Pero en nuestra opinión esto pasa a un segundo plano si lo comparamos con el ambiente que rodea a la actividad:
- ¿Es mi grupo de trabajo un lugar donde me puedo expresar libremente?
- ¿Son mis opiniones tenidas en cuenta?
- ¿Me siento coaccionado y/o amenazado en mi puesto?
- ¿Estoy contento?
Aunque en Ciencia se presupone una respuesta afirmativa a estas preguntas, al menos de forma teórica, la cruda realidad es otra. Situaciones de hostigamiento, conductas abusivas, o trato hostil son habituales. Que levante la mano aquel que no conozca un caso. Por desgracia no son pocos los que asumen este trato como parte de su trabajo integrándolo en su vida diaria -“tiene mal genio” o “habrá tenido un mal día” son dos de las excusas más habituales para justificar comportamientos acosadores de superiores- cuando sin embargo es posible que sean víctimas de acoso laboral.
Si atendemos a una de las posibles definiciones de Acoso laboral:
El acoso laboral o mobbing son una serie de comportamientos y conductas abusivas dirigidas a degradar psicológicamente a un trabajador, minándole la autoestima y la moral, mediante un hostigamiento y una situación de violencia psicológica continuada. Esta violencia llega a producir una lesión de la dignidad y de la integridad del trabajador.
También se considera acoso cuando se da una conducta discriminatoria contra un trabajador que daña su dignidad y crea un entorno de trabajo hostil, humillante, ofensivo e intimidatorio.
¿Os suena, verdad?
La determinación de un caso de acoso laboral es un camino muy difícil. Por un lado, por la falta de cultura laboral que caracteriza a España donde situaciones de abuso son toleradas por el trabajador. Y por otro, por la falta de empatía por parte de la sociedad, compañeros y jueces ante una situación tan grave. De hecho, hay profesionales que no dudan en denominar al acoso laboral como “terrorismo laboral”, dadas las importantes consecuencias para la vida de la persona acosada. En Ciencia, el tema es aún más complejo dada la idiosincrasia tan particular de la actividad y que el acoso se lleva a cabo de una forma más sibilina, más taimada.
En líneas generales una persona puede ser víctima de acoso laboral si:
- Es separada y aislada de sus compañeros de forma arbitraria.
- No tiene carga de trabajo, o por el contrario estos son degradantes y de una inferior categoría.
- Tiene una sobrecarga excesiva de trabajo.
- Cualquier iniciativa del trabajador es bloqueada.
- No existe comunicación con los superiores.
- Se desprestigia por parte del superior continuamente al trabajador.
- Se sufren ofensas verbales, insultos, intimidaciones,…
- Se tiene un trato diferenciado y discriminatorio respecto al resto de compañeros.
¿Os sigue sonando?
¿Qué hacer ante una situación así? En nuestra opinión, hay dos vías paralelas que han de tomarse a la vez. Por un lado, recomponer la autoestima dañada y reparar en la medida de lo posible todo el daño que nos han podido infringir. El acoso laboral no solo afecta al trabajador acosado sino que tiene una influencia enorme en la esfera personal de éste. Y por otro lado, defenderse. Acudir a un sindicato, abogado laboralista, unidades de prevención de riesgos laborales, etc. Donde sea, pero buscar ayuda especializada.
Las situaciones de acoso entroncan directamente con el modelo de sociedad y de Ciencia que queremos. ¿Queremos resultados a cualquier precio? ¿Queremos ser competitivos –lo que sea que eso signifique- cueste lo que cueste? ¿Me importa el bienestar de aquellos que trabajan conmigo? Nosotros tenemos claras las respuestas, ¿y tú?
Nota:
De acuerdo al informe “Violence and harassment in European workplaces: Extent, impacts and policies” publicado en 2015 por Eurofund, en España las denuncias por acoso laboral son muy limitadas cuando se comparan con otros países que cuentan con una mayor protección de los trabajadores (ASB: adverse social behaviour).
De acuerdo a este informe, los casos de ABS en actividades científicas rozan el 10%, aunque teniendo en cuenta el gráfico anterior son de esperar diferencias muy significativas entre los distintos países de la UE.
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