Tras ocho años de recortes a cargo de los gobiernos de Zapatero y Rajoy, el sector científico ha visto con esperanza la creación del nuevo Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y, particularmente, la llegada del nuevo ministro, Pedro Duque . El simple hecho de la existencia de un ministerio dedicado a la ciencia, después de depender de una simple secretaría de estado durante más de un lustro, ha llenado de esperanza al mundo científico de nuestro país.
Pero en Ciencia Con Futuro no nos relajamos y seguimos vigilantes con las promesas que el nuevo presidente y el nuevo ministro han venido haciendo en las últimas semanas.
El viernes pasado, el Consejo de Ministros anunció nuevas medidas para el sistema de I+D+i español y también para el sistema universitario. El ministerio hizo pública una nota de prensa bajo el rimbombante título de “El Gobierno presenta sus prioridades para hacer de España un país del conocimiento y la innovación”. Lamentablemente, creemos que el contenido y lo anunciado están lejos de cumplir con las expectativas que genera dicho titular. Nos explicamos.
Las medidas anunciadas son las siguientes:
– “Eliminación de barreras burocráticas que dificultan la labor de los investigadores, simplificar los procesos administrativos y reforzar la gestión y consolidar la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).”
– “Una nueva Ley de Universidades que fomente la igualdad de oportunidades, la calidad y la rendición de cuentas. Antes de que esta nueva Ley vea la luz, se están abordando cuatro asuntos prioritarios y urgentes, que son: (1) un nuevo Estatuto del Personal Docente e Investigador (PDI), que reconozca correctamente la labor de profesores asociados así como las tareas de docencia y transferencia de conocimiento, y que desarrolle nuevas figuras de contratación; (2) La ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, adecuando los títulos a las necesidades del sector productivo y potenciando las capacidades de las agencias de acreditación; (3) La potenciación de la internacionalización de las universidades españolas y su participación en el proyecto de universidades europeas; y, (4) Potenciar la transferencia del conocimiento desde las Universidades a la sociedad y al sector productivo.”
– “Favorecer la innovación en las empresas con nuevos programas del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), además de promover el acceso real a los incentivos fiscales por parte de las PYMES innovadoras. Por otro lado, el fomento de la transferencia en las universidades y centros públicos de investigación, mediante la actualización de la normativa de las Oficinas de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRIS) y la implementación del sexenio tecnológico, que reconozca las actividades de transferencia del profesorado universitario e investigador. Por último, el Ministerio va a lanzar en los próximos meses un Programa de Educación y Cultura Científica, con especial atención a las vocaciones científicas de las niñas y la ciencia ciudadana.”
– “Mejorar las becas y ayudas al estudio universitario para el próximo curso escolar, en colaboración con el Ministerio de Educación y Formación Profesional.”
– “Otra de las prioridades es el refuerzo de las acciones en igualdad de género en la ciencia, con acciones tales como el reconocimiento de la maternidad en la carrera profesional en investigación o la rendición de cuentas de los Planes de Igualdad existentes en centros de investigación y universidades.”
Aun cuando nos parece que dichas medidas van en la dirección correcta, como hemos mostrado en nuestros escritos anteriormente (aquí y aquí), es fácil observar que no se concretan en nada palpable todavía, por lo que siguen siendo meras promesas y poco más.
En el contexto de estas propuestas ambiguas, en este Consejo de Ministros se anunció una medida muy concreta.
“dos convocatorias de ayudas para la contratación de cerca de 2.000 investigadores predoctorales por un importe de más de 170 millones de euros. Son las ayudas para los Contratos Predoctorales para la Formación de Doctores, que cuenta con 102 millones de euros, y las de Formación del Profesorado Universitario, con 71 millones de euros.” Estas convocatorias se harán públicas al mismo tiempo.
Esas dos convocatorias se refieren a contratos predoctorales, los conocidos antiguamente como FPI y FPU, o sea, los contratos predoctorales más importantes con financiación estatal. Lamentablemente, tenemos que decir que el anuncio del ministro no supone una mejora en estos contratos. Por fín una medida concreta, que buenas noticias, ¿no? Pues, desgraciadamente, no. Hagamos números.
En 2017 se convocaron 1082 Contratos Predoctorales para la Formación de Doctores y 850 para Formación del Profesorado Universitario, es decir, un total de 1932 contratos. Por tanto, el anuncio del ministro propone 68 contratos más. Una mejora, pero muy insuficiente, ya que 2000 contratos no cubren ni el 10% de todas las tesis doctorales que se defienden anualmente en España. En 2016 (último dato disponible) se defendieron 20049 tesis doctorales.
Pero vayamos más allá. El ministro anunció que la partida dedicada a estos contratos será de 173 millones de euros (102 para el programa de Contratos Predoctorales para la Formación de Doctores y 71 para el FPU). ¿Cuánto fue el montante de la partida en 2017? 171 millones de euros (algo más de 100 millones para Contratos Predoctorales para la Formación de Doctores y algo más de 71 millones para FPU. Un parco aumento de 2 millones de euros, que supone un incremento del 1,1%. Dado que el crecimiento del IPC, en términos interanuales, fue del 2,2%, el Gobierno no ha sido capaz de incrementar la partida de contratos predoctorales, ni siquiera para alcanzar el IPC.
Pero hay más. En 2019 tendremos 68 investigadores predoctorales más, pero ¿mejorarán sus salarios? Tenemos que tener en cuenta que los investigadores predoctorales de este país están particularmente precarizados y muchos de ellos no llegan a mileuristas. Pues no, tampoco cobrarán más. Más bien al contrario. Si dividimos los 171 millones de euros de dedicados en 2017 a estos dos programas entre el número de contratos convocados, obtenemos que se destinaron 88509 euros para cada contrato. Con el anuncio del viernes, la cifra se queda en 86500 euros por contrato, 2000 euros menos para los paupérrimos bolsillos de nuestros nuevos científicos.
¿En qué se va a reflejar esto? ¿Se les va a bajar el salario a los pre-doctorales? ¿Reducir sus cotizaciones sociales? ¿Exigir co-financiación a las instituciones que los contraten? ¿Esa es la apuesta del ministerio por los jóvenes investigadores de este país?
Otra media reciente es la convocatoria de proyectos de investigación. En este caso ocurre algo muy parecido, entre lo que se anuncia y lo que representan en realidad los números. En 2017 entre el subprograma de generación de conocimiento y el de retos de la sociedad se disponía de 360,4 millones de euros, mientras que en 2018, el presupuesto de los dos subprogramas es 393,7 millones. Aunque el aumento es mayor en términos porcentuales que el de los contratos predoctorales, es a todas luces insuficiente para “hacer de España un país del conocimiento y la innovación” como reza el grandilocuente titular de la nota de prensa.
Tenemos que recordar que el gobierno de Pedro Sánchez se está manejando con los presupuestos aprobados por el gobierno anterior. Pero, siendo conscientes de eso, nos parece que debería al menos ser prudente con los titulares y no crear falsas expectativas entre los científicos, que llevamos una larga travesía de casi una década por el desierto de los recortes y el menosprecio.
Recordemos que el ministro ha prometido duplicar la inversión española en I+D+i para 2024. Esperamos sinceramente que este Gobierno, con Pedro Duque a la cabeza del ministerio, sepa encontrar el camino con los Presupuestos Generales del Estado para 2019 y sepa implementar su plan de mejora de la investigación y la innovación de manera “palpable”, sin juegos de magia.
En resumen, nos encontramos nuevamente ante una desconexión entre los anuncios y las realidades numéricas. Desde Ciencia Con Futuro entendemos las dificultades de una acción de gobierno en las actuales circunstancias. Y nos ofrecemos, como organización de la sociedad civil, para trabajar con el nuevo gabinete y ayudar a delinear medidas “concretas” que realmente supongan una transformación del nuestro sistema de I+D+i para construir un país basado en el conocimiento y la innovación.
No sólo eso. En la convocatoria de proyectos del Ministerio (lo siento, ya no sé coo se llama ahora, antes era MINECO) han eliminado la figura del “equipo de trabajo” que englobaba a investigadores de centros no españoles. Ahora sólo pueden figurar en algún renglón de la memoria científico técnica que sigue teniendo un límite de 20 páginas. Para quienes colaboraban con colegas de fuera es un enorme palo ya que ahora los proyectos se quedarán muy cojos, no hay posibilidad de incluir el CV de esos investigadpres, ni explicar sus méritos…. No se entiende este cambio, no beneficia a nadie.
Ya el gobierno anterior anunció que la salida de la crisis iría de la mano de un cambio de modelo productivo… Nada más lejos de la realidad… El mínimo descenso en el turismo este pasado verano ya puso nervioso a muchos y los bloques de viviendas ya empiezan a proliferar desde hace años en mi entorno más cercano. ¿Dónde está el cambio? Por otro lado los titulares sitúan a España como un país donde las empresas muestran un gran interés para invertir en startups y otras empresas de innovación…¿? Sin ser experto en este mundo, estas inversiones creo que aún no se reflejan en el mercado laboral. Estas inversiones, aunque necesarias, no se invierten en la contratación de nuevo personal. Siento ser pesimista, pero la debilidad del gobierno y una sociedad que no demande un modelo de conocimiento e innovación como señas de identidad, no hacen presagiar un cambio apreciable a medio plazo en el panorama científico-innovador de este país.
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