Una propuesta que no ilusiona, no cumple y no impacta
El pasado día 22 de octubre, los diversos colectivos de la ciencia y la innovación recibíamos la “filtración” de una propuesta gubernamental para la firma de un “Pacto por la Ciencia y la Innovación”. Filtración de la que rápidamente se hizo eco la prensa. El texto, sucinto, merece la pena de ser reproducido aquí en su integridad.
El conocimiento y la innovación son esenciales para mantener y mejorar el bienestar social y el crecimiento económico. La competitividad y la productividad del tejido económico depende, casi en exclusiva, de la cantidad de conocimiento avanzado incorporado por la actividad productiva y, por ende, de su continua renovación. La investigación en las ciencias naturales, sociales y humanas es fuente de valores y enriquecimiento cultural.
Este pacto nace en una especial situación de crisis social y económica, frente a la que la Unión Europea plantea un Programa de Reconstrucción y España apuesta con firmeza por la ciencia y la innovación como valor estratégico y pilar del bienestar y del crecimiento. Es el momento de hacer explícito el acuerdo existente de la sociedad civil españolas sobre el papel central de la ciencia y la innovación.
Proponemos un pacto sucinto que contempla, únicamente, los aspectos básicos y evaluables que ha de asumir la acción política en cuanto a recursos, organización del sistema y personas. El propósito principal es incrementar de forma razonable la inversión pública necesaria para alcanzar la media de inversión de la UE en I+D+I, objetivo de mínimos ampliamente consensuado entre todos los actores económicos, sociales y políticos, convergiendo también en la distribución de la inversión de I+D+I entre el sector público y el privado. La Comisión Europea ha marcado recientemente como meta para 2030 que los Estados Miembros inviertan en total, entre público y privado, el 3% del PIB en I+D+I, y que la inversión pública represente el 1,25% del PIB. En 2018, último dato consolidado, la inversión pública en España fue del 0,52% del PIB. Además del incremento de recursos, debemos asegurar el relevo generacional y la atracción y retención de talento, así como garantizar el principio de igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Este Pacto compromete a los siguientes puntos:
- Recursos: Una financiación acorde con las prioridades del país. Que la financiación pública en I+D+I, excluyendo partidas financieras, aumente regularmente de forma que alcance el 1,25% del PIB en 2030, lo que supondrá llegar al 0,75% antes de 2024. Que se refuercen, en la misma proporción, las políticas públicas de transferencia de conocimiento y de innovación empresarial, con especial atención a las PYMES. En caso de reducción del gasto público, que la financiación en I+D+I no se reduzca en valor absoluto.
- Sistema: Autonomía y coordinación de las entidades financiadoras de I+D+I. Que la Agencia Estatal de Investigación (AEI), el Instituto de Salud Carlos III y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) dispongan de los recursos y autonomía necesarios para asegurar que su dirección estratégica y funcionamiento estén basadas en la excelencia científica e innovadora. Que la distribución competencial, sea cual sea ésta, garantice la dirección estratégica común y la óptima coordinación entre estos organismos y con los propios de las Comunidades Autónomas.
- Personas: Incorporación, recuperación y consolidación del talento científico e innovador: Que se consolide una carrera pública estable y predecible para el personal investigador y técnico equivalente a las de los países más avanzados. Que los investigadores cuenten desde el inicio con los medios materiales y administrativos necesarios. Que se doblen los recursos públicos actuales para la incorporación y formación de personal de I+D+I en las empresas.
En Ciencia Con Futuro nos lo hemos leído y releído con cuidado. Y aunque valoramos el que, por fin, se aborde la que siempre ha sido una reivindicación del colectivo; creemos que el texto está muy lejos de lo que podríamos considerar una propuesta de mínimos. Y que además presenta diversas trampas. Vamos por partes.
El punto 1 es el único que recoge una propuesta concreta sobre el volumen de financiación pública. Valga como recuerdo que desde CCF siempre hemos defendido que los problemas de la ciencia e innovación españolas no son solo de cantidad de fondos sino de qué hacer con ellos. Pero es que toda esa aparente concreción tiene trampa. Se habla de la inversión pública con base a los datos del INE de 2018 y se fija un objetivo de largo recorrido, 1,25 % del PIB en 2030 en línea con los objetivos europeos… ¡establecidos para ser alcanzados en 2010!. La trampa viene de que se fija un objetivo intermedio del 0,75 % del PIB en inversión pública en 2024. El primer escándalo es la fecha. 2024 está fuera de la presente legislatura (que acaba en 2023) por lo que el gobierno ofrece un pacto que no le compromete. La segunda trampa es la cantidad. Si partimos de un 0,52 % en 2018 y queremos llegar a 1,25 % en 2030, no hay manera lineal de pasar por un 0,75 % en 2024. Para poder cumplir, el gasto verificable en 2023 debería ser del 0,82 % del PIB. A no ser que el gobierno juegue con extraños polinomios su oferta está diseñada para no cumplirse.
Desde CCF consideramos que esta es razón suficiente para un necesario rechazo del texto del pacto. Ni siquiera los pre-anuncios de espectaculares aumentos presupuestarios pueden distraernos, porque ya sabemos de sobra que, en España, una cosa es presupuestar y otra ejecutar gasto.
El resto de los puntos son mucho más difusos, pero aún así encontramos serias carencias. Por no alargarnos excesivamente, creemos que no se puede hablar de agencias financiadoras sin dotarlas de una independencia de actuación (como las europeas) y sin resolver el carácter dual del ISCIII, cuya actuación como organismo financiador y ejecutor provoca claras disfunciones. Igualmente, la financiación extra será inútil sino se aborda el fortalecimiento de los cuerpos de gestores especializados de los centros. Sin ellos, el peso de la burocracia recae sobre los investigadores.
Porque hablar de la ciencia y la innovación no es sólo hablar del personal investigador, el personal técnico de apoyo y el gestor especializado son igualmente claves en el progreso de nuestro servicio público de generación de conocimiento. Y hablar de investigadores en nuestro país es hablar de endogamia. Increíble que en una propuesta de “pacto de estado” no se mencione siquiera la palabra. Tanto como que se reincida en el paleto recurso de la “recuperación” de talento, abandonando el afán de “atracción” de talento independientemente de su origen. Nos tememos que la idea de nuestros políticos es ofrecer sol y comidas familiares para tentar a nuestros expatriados… porque ofrecer salarios dignos y condiciones punteras queda fuera de su imaginación.
Finalmente, creemos que un texto de esta categoría debería incluir un cuarto punto que apelase a toda la Sociedad. Basándose en la promoción por todos los medios del valor del conocimiento científico y humanístico como promotor de avance social y fuente de riqueza por sí mismo y a través de las innovaciones que genere. Si la ciencia y la innovación no obtienen impactos sociales, a través de la difusión y la explotación del conocimiento, se convierten en actividades decorativas, prescindibles. De esta manera el texto quedaría así:
- Recursos: Una financiación acorde con las prioridades del país. Que la financiación pública en I+D+I, excluyendo partidas financieras, aumente regularmente de forma que alcance el 1,25% del PIB en 2030, lo que supondrá llegar al 0,82 en las cuentas del año 2023. Que se refuercen, en la misma proporción, las políticas públicas de transferencia de conocimiento y de innovación empresarial, con especial atención a las PYMES. En caso de reducción del gasto público, que la financiación en I+D+I no se reduzca en valor absoluto.
- Sistema: Independencia, autonomía y coordinación de las entidades financiadoras de I+D+I. Que la Agencia Estatal de Investigación (AEI), el Instituto de Salud Carlos III y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) dispongan de los recursos y autonomía necesarios para asegurar una dirección estratégica independiente cuyos funcionamientos estén basados en la excelencia científica e innovadora. Separar orgánicamente las funciones de agente financiador y agente ejecutor del ISCIII. Que la distribución competencial, sea cual sea ésta, garantice la dirección estratégica común y la óptima coordinación entre estos organismos y con los propios de las Comunidades Autónomas. Que se adecúen los mecanismos necesarios para que el pertinente control de los recursos públicos se haga a través del fortalecimiento de los centros y no suponga una carga burocrática sobre los investigadores.
- Personas: Incorporación, atracción y consolidación del talento científico e innovador. Que se consolide una carrera pública estable y predecible para el personal de investigación, de apoyo técnico y de gestión especializada en ciencia e innovación; equivalente a las de los países más avanzados. Que se arbitren mecanismos que promuevan una planificación estratégica de los recursos humanos, evitando que se decidan en base a dinámicas clientelares y/o endogámicas. Que los investigadores cuenten desde el inicio con los medios materiales y administrativos necesarios. Que se doblen los recursos públicos actuales para la incorporación y formación de personal de I+D+I en las empresas.
- Sociedad: Un conocimiento que no permea supone un desperdicio. Que se impulse el valor del conocimiento científico, humanístico y de la innovación en todos los niveles educativos (desde infancia a la formación profesional y continua). Que se incluya el patrimonio cultural y científico en las campañas de promoción turística. Que se impulse una mayor visibilidad del conocimiento científico y humanístico en los medios de comunicación.
Desde CCF, junto con Scientist Dating Forum y muchas otras organizaciones científicas y sociales, hicimos un llamamiento por una “Salida con Ciencia” de la presente crisis. Seguimos recabando apoyos de colectivos y organizaciones y mantendremos la campaña el tiempo que sea necesario para que el gobierno nos ayude. Igualmente, apoyamos la campaña de Constantes y Vitales para que las buenas palabras se traduzcan YA en compromisos serios de inversión. El momento es ahora. Pero tenemos que moverlo nosotros, no esperes que los políticos lo hagan por sí mismos.