El Programa ComFuturo del CSIC: una tomadura de pelo (como eseperábamos)

Hace aproximadamente un año, el CSIC y la Fundación General CSIC presentaron el Programa ComFuturo que, en palabras del Presidente de la institución, tenía por objetivo ni más ni menos que retener en el sistema español de ciencia y tecnología a los jóvenes investigadores más brillantes. El programa se propone como solución a las limitaciones presupuestarias  en el CSIC, que han determinado la cancelación de sus programas de incorporación de jóvenes científicos –becarios o contratados – , con notable disminución de estos imprescindibles efectivos. Además, la situación de los jóvenes investigadores es especialmente preocupante, registrándose numerosos abandonos de la carrera científica o expatriaciones forzadas para poder desarrollar su vocación y capacidades en otros países. Estos textos se recogen de forma literal en el folleto de información del programa.

El programa apela al compromiso de las empresas con la I+D para que sean estas las que se ocupen de su financiación, ya que la colaboración público – privada en ComFuturo favorece el posicionamiento estratégico de las empresas, que acceden a nuevo conocimiento y al mejor talento joven, a la vez que acreditan su compromiso con el futuro.

Desde Ciencia Con Futuro hicimos una valoración del programa, que podéis ver aquí. El dicha valoración poníamos en duda la eficacia del programa por varios motivos, que pasamos a resumir:

  • El programa no asegura un número de científicos contratados, que dependerá de las necesidades de las empresas participantes.
  • Está dirigido solamente a investigadores postdoctorales e ignora las necesidades de los centros de investigación de investigadores en formación y técnicos de laboratorio.
  • Solo se financiarán investigaciones que beneficien a las empresas.
  • Los importes serán muy reducidos, tanto para salario como para investigación, impidiendo la contratación de científicos de excelencia.
  • La empresa podrá deducir el 35% de lo aportado del impuesto de sociedades, o de otro modo, que en realidad, el 35% provendrá de fondos públicos.
  • Solamente se empleará un 4% a “gastos de gestión” que entendemos que se refiere a costes indirectos. Es decir, contratos más baratos para las empresas.
  • Está dirigido a las grandes empresas españolas, reunidas en la Fundación Cotec y no a las PYMES.

Terminábamos la evaluación considerando que el programa no es más que un lavado de cara del CSIC y de las grandes empresas, muchas de ellas acusadas de evadir impuestos y otros delitos.

Ahora, un año después, se ha abierto la primera convocatoria pública de ComFuturo y podemos hacer una evaluación más realista sobre el programa.

1. Finalmente, serán 13 los contratos que se realizarán en el marco del programa ComFuturo, y eso pese a que a la puesta del largo del programa asistieron representantes de 50 empresas, nada menos. Difícilmente conseguirá con tan reducido número de contratos resolver el problema de la falta de oportunidades de los jóvenes científicos españoles. Recordemos que la defenestración del Programa Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) provocó que alrededor de 950 jóvenes acabaran su vinculación con el CSIC, según recordaba el propio Lora-Tamayo. ¿Es esa la solución que el Presidente del CSIC pretende dar a los abandonos de la carrera investigadora?

2. Aunque se había anunciado que el programa estaba enfocado a jóvenes doctores, en la convocatoria se especifica que solo podrán acceder a ella aquellos que tengan un mínimo máximo de 12 años experiencia posdoctoral. Es decir, a la edad de terminación de la tesis doctoral, se podría añadir hasta 12 años. De acuerdo con la última Encuesta sobre Recursos Humanos sobre Ciencia y Tecnología, de 2009, la edad media del recién doctorado es de 35 años para hombres y 33 para mujeres. Si a esas edades les sumamos los 12 años que indica la convocatoria es más que evidente que el programa no va a incorporar a jóvenes científicos. Por el contrario, se contratará a personas de más de cuarenta años que deberían haber estado consolidados desde hace tiempo y a los que se les ofrecerá un magro contrato por tres años. Esas personas deberían ser estabilizadas para que puedan realmente contribuir con su conocimiento y su talento al sistema científico español.

Por otro lado, ¿qué ocurre con el resto de doctores? ¿Estos sí han de resignarse al exilio? ¿Y los investigadores en formación? ¿Y los técnicos de laboratorio? La indignación por el desprecio que se causa a algunos de estos compañeros, ha llevado a iniciar una recogida de firmas como forma de denuncia.

3. Ya decíamos hace un año que estimábamos que el sueldo neto para los “mejores doctores, vengan de donde vengan” rondaría los 1200-1400€ brutos, lo que se confirma, ya que la convocatoria indica que el salario máximo bruto es de 31600€,de donde hay que deducir la cuota patronal a la Seguridad Social además de las cargas impositivas correspondientes.

4. El programa contempla una dotación destinada al desarrollo de los proyectos de investigación, que son calificados como proyectos de investigación originales, innovadores y con alto nivel de aplicabilidad, que den respuesta a los grandes retos científicos, tecnológicos y sociales. La cifra final para esos proyectos es de nada más y nada menos que de 10000 euros anuales. Probablemente, la web de presentación del programa habrá costado bastante más que eso.

5. Como ya hemos comentado, de 50 empresas participantes en un principio, solamente se van a formalizar 13 contratos. ¿Acaso los beneficios que van a recibir no son suficientes? Entre las ventajas que obtendría la empresa como compensación a su compromiso con la I+D, en la presentación del programa de hace un año, se incluía un beneficio fiscal del 35% de la aportación. Finalmente, la convocatoria indica que será un 40%. Es más, de acuerdo con la convocatoria, la mitad de la dotación anual para el desarrollo del proyecto será aportada por el CSIC. En definitiva, el coste total de cada uno de los contratos será de 124800 euros por los tres años, de los que la empresa únicamente tendrá que aportar 65880, un 52,8%, una vez descontado el beneficio fiscal y la parte con la que contribuye el CSIC. Ese es el compromiso por el futuro, la I+D y los jóvenes españoles. Recordemos que estamos hablando de empresas que tienen beneficios de miles de millones de euros cada año.

6. Uno de los principios rectores del programa es una evaluación transparente, independiente y objetiva de las candidaturas. Sin embargo, en la convocatoria no se indica cómo se van a establecer los paneles de evaluación, ni por quiénes se van a configurar. Tampoco se indica quién constituirá el jurado que tomará la decisión final. Más indignante, si cabe, es que el fallo de ese jurado será inapelable y que no se harán públicas las evaluaciones. ¿Dónde están la transparencia, la independencia y la objetividad?

7. Si no se incrementa la financiación publica de proyectos de investigación, la implementación de programas de este tipo, financiados por empresas, pone en riesgo el desarrollo investigaciones que no tengan un rendimiento económico a corto plazo. La prueba de que esto es así, y se agravará en el caso de aprobarse una ley de mecenazgo con las características de ComFuturo, es que en este programa, de los 13 contratos, solo 8 son para proyectos de temática general y los otros 5 para proyectos que son del interés especifico de las empresas contratadoras.

En definitiva, el programa es un fracaso en sí mismo, una tomadura de pelo a todos los jóvenes científicos que pasan por dificultades y que están teniendo que emigrar a otros países, llevándose el talento y la formación adquirida en España. El programa ComFuturo no es más que un lavado de cara del CSIC y de las grandes empresas, apoyada por los medios de comunicación estatales, como se puede ver aquí y aquí.

Es una pena que compañeros científicos se hayan prestado a esta tomadura de pelo cediendo su imagen en vídeos propagandísticos como este, incluyendo a algunas de las más reconocidas, como Margarita Salas.

Por otra parte, el fracaso del Programa ComFuturo pone en evidencia que el compromiso del sector privado español con la ciencia es prácticamente nulo, como ya hemos denunciado en otras ocasiones. Definitivamente, nos queda claro que no podemos confiar en las empresas para que tomen las riendas de un cambio de modelo económico basado en la I+D y que tendrá que ser, otra vez, el sector público el que se haga cargo. Asimismo, se pone en evidencia que la retórica del mecenazgo privado es falsa y que el apoyo que las empresas dan a la ciencia es solo de cara a la galería.

Hacemos extensible esa falta de compromiso por la ciencia al Presidente del CSIC y a la Secretaria de Estado de I+D+i y les exigimos que restituyan el Programa JAE en los términos de antes de la crisis. Además, exigimos que se incrementen el número de plazas de científicos titulares y de las demás categorías profesionales en la institución hasta copar las necesidades reales del sistema español de I+D+i.


Edit (26/02/2015): Gracias a un comentario, nos hemos percatado de un error en el texto. La convocatoria especifica que el máximo tiempo a contar desde la lectura de la tesis doctoral es de 12 años. En cualquier caso, si la media de edad se sitúa entre los 33 y los 35 años para los recién doctorados, los contratados seguirán siendo excesivamente mayores, por lo que deberían optar a contratos de estabilización laboral.

Muchas gracias por el comentario, Marcos.

0 comentarios en «El Programa ComFuturo del CSIC: una tomadura de pelo (como eseperábamos)»

  1. Pero, ¿es que algún científico con una mínima experiencia del sistema español de I+D de los últimos 40 años (o así) esperaba otra cosa? ¿Cuántas veces necesitamos que nos engañen para que no vuelva a suceder? Como dijo alguien: “si alguien te engaña una vez, la culpa es suya. Si te engaña dos veces, la culpa es tuya.”

    Sacar conclusiones de la experiencia y predecir lo que va a pasar, debería ser característico de un científico. Y, además, nada más fácil en nuestro país.

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