PP, Ciudadanos y la I+D+i. El apuntalamiento de un fracaso anunciado

Mucho se ha escuchado, visto y leído sobre los “150 compromisos para mejorar España” y no vamos a ser los primeros ni los últimos en escribir sobre ellas para analizar parte de su contenido. Lo que sí vamos a hacer es analizar el impacto de las medidas en materia de Ciencia e I+D+i, y si estas medidas, al menos, serán capaces de “mejorar España” como asegura el mencionado título.

rajoyrivera

Ciencia con Futuro nació al calor de la crisis económica y de las movilizaciones del 15M, para ser punta de lanza de unas reivindicaciones que se escuchaban poco en las plazas, pero que entendimos cruciales para sacar a España (y a cualquier país) del atolladero. No vamos a dedicar este post a hacer proselitismo de nuestro recorrido como defensores de un sistema de I+D+i sostenible y estable, pero si cabe recordar que los países ricos no investigan porque son ricos y les sobra el dinero, muy al contrario, son ricos porque la investigación y la ciencia siempre han sido una prioridad para ellos. No ha existido en la Historia ninguna potencia que no haya sido, al mismo tiempo, vanguardista en ciencia y tecnología. El progreso científico y el bienestar son patas de una misma mesa, y no se puede lograr lo uno sin lo otro.

Lo primero que nos sorprende (o no) del acuerdo alcanzado por PP y Ciudadanos, es que sólo 5 medidas de las 150 (3%) están directamente relacionadas con la I+D+i. No nos sorprende, porque a tenor de los programas electorales en materia de I+D+i presentados el 20N y analizados por nosotros, tanto el programa del PP como el de Ciudadanos dejaban mucho que desear. Nos sorprende, porque aseguran que son compromisos para mejorar España, y sinceramente, lo dudamos y bastante, al menos en este sentido. Dada la poca cantidad de medidas y su inconcreción, vamos a analizarlas una a una.

22. Impulsar un Pacto Nacional por la I+D+i que promueva un incremento de la inversión pública estatal para alcanzar el objetivo del 2% del PIB en el conjunto de todas las actividades de I+D+i en el año 2020, una mejora en la cultura científica del país, un incremento en la capacidad de generación de conocimiento y una mayor transferencia de los resultados de la ciencia a la sociedad. Se reformará el Estatuto de la Agencia Estatal de Investigación para que responda al modelo del European Research Council y promover con ello la estabilidad en la gestión de la I+D.

Lo primero de todo son las bajas miras de dos partidos que pretenden mejorar España y que siempre han estado de acuerdo en obedecer a Europa y aplicar a rajatabla las medidas que sugieren desde Bruselas. Pues bien, desde Bruselas se impulsó el plan Horizonte 2020 para lograr en 2020 un 3% del PIB en inversión en I+D+i de media comunitaria. En palabras de la propia comisión “si se consigue para el año 2020 invertir el 3% del PIB de la UE en I+D, en el año 2025 se habrían creado 3,7 millones de empleos.”. Por tanto, la perspectiva de un 2% para 2020 es insuficiente, muy insuficiente. Por ponernos en perspectiva: actualmente somos la cuarta economía de la Zona Euro, pero la decimoséptima en inversión en I+D+i en términos de % de PIB con un 1.24%. Dinamarca (3.06 % PIB), Suecia (3.30%), Alemania (2.85%), Austria (2.81%), República Checa (1.91%), Estonia (1.74%) son solo algunos de los muchos y vergonzantes (para nosotros, claro) ejemplos que nos quedarían por añadir, sin salir de la Unión Europea.

Respecto al resto de la medida, mejorar la cultura científica en el país, incrementar la capacidad generación del conocimiento y aumentar la transferencia de los resultados, nos parecen bonitas palabras sin concreción. Podrían ser excelentes medidas o papel mojado, por tanto, esperaremos a ver su desarrollo, si ocurre. No nos parece mal equiparar la Agencia Estatal de Investigación (AEI) con el ERC para promover la estabilidad de la gestión y la inversión en I+D+i.

23. Crear la Red Cervera de Transferencia Tecnológica*. Esta red estará formada por institutos tecnológicos para investigación aplicada con financiación mixta público-privada. Cada instituto estará ligado a una universidad u otros centros de investigación. El director del instituto será una figura investigadora destacada en el área. Además del director, los institutos estarán formados por personal investigador propio. Se financiará en un 60% con fondos públicos, un 35% con fondos privados y un 5% con becas internacionales. Los fondos privados serán la contrapartida al desarrollo de los contratos de investigación con empresas. Se aplicarán criterios estrictos de evaluación de los resultados y las retribuciones de los investigadores se ligarán a la efectividad de las innovaciones y proyectos acometidos.

Una medida necesaria, independientemente del nombre que se le dé, es favorecer la transferencia de conocimiento entre organismos públicos y privados. Pero no es ésta exactamente nuestra fórmula idónea, ya que parece estar orientada a la creación de centros mixtos que se rijan por el sistema público y privado al mismo tiempo. Nos preocupa pensar cómo podría desarrollarse eso, dadas las políticas del gobierno actual en materia laboral y el trato que ha dado al sector público. ¿Nos esperan jornadas interminables con contratos basura? ¿Criterios de productividad y efectividad, del sector privado, con fondos públicos recortados? Creemos que hay otras fórmulas más efectivas de poner el conocimiento generado en Organismos Públicos de Investigación y Universidades al servicio de la sociedad a través del sistema privado.

24. Estimular la financiación privada de la I+D+i reformando el actual sistema de deducciones fiscales para equiparar los incentivos fiscales al capital riesgo a los previstos para las empresas con beneficios en el Impuesto de Sociedades.

Un estímulo a la I+D+i privada, pero insuficiente y enfocado, fundamentalmente, a la gran empresa. La mayor parte de las empresas que invierten en I+D en España son PYMES y muchas de estas no logran obtener acceso a la financiación privada, a pesar de las supuestas oportunidades del capital-riesgo. Esta medida puede ayudar a algunas empresas a desarrollar actividades de I+D+i, pero creemos que es insuficiente para reformar el tejido productivo sin contar con el apoyo directo de la administración.

25. Mejorar la financiación pública de sectores estratégicos a través de la creación de fondos de inversión públicos de match-funding que conviertan con capital especializado (siguiendo el ejemplo del exitoso programa Yozma en Israel), mejorando los programas existentes (Fondos Invierte, ICO, CDTI, SEPIDES, etc.) y centrando los recursos en sectores de alta tecnología, especialmente en las etapas iniciales.

∙Establecer un Programa de Fomento del Capital Semilla (inspirado en el exitoso Seed Enterprise Investement Scheme británico) que favorezca el desarrollo de StartUps en España. Se recuperará la deducción previa por la remuneración mediante “stock options” para las StartUps y se ampliarán los beneficios fiscales en el IRPF para los inversores de proximidad.

∙Impulsar el crowdfunding como método de financiación alternativa para los emprendedores y las StartUps. Se reformará la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial para eliminar el límite de captación de fondos por proyecto de financiación participativa, delimitar claramente las funciones que deben ejercer obligatoriamente las plataformas de financiación participativa, y establecer un Registro Público Estatal de Inversores Acreditados, dependiente de la CNMV, que libere a las plataformas de financiación participativa de la obligación de acreditar la situación financiera y patrimonial de los inversores.

No nos parecen medidas expresamente destinadas a la I+D+i, ya que los match funds, o el Seed Enterprise Investiment Scheeme británico no se dedican a la I+D de manera prioritaria o mayoritaria. Respecto al impulso del crowdfunding, desde Ciencia Con Futuro nunca nos hemos opuesto al mismo siempre que vaya acompañado de una fuerte inversión pública y que las ayudas obtenidas por crowdfunding constituyan un apoyo y no una necesidad.

26. Promover una revisión de las políticas de compensación de los investigadores que obtienen patentes de utilidad económica en centros públicos de investigación y universidades, con la finalidad de que reciban al menos el 50% de los ingresos que dichas patentes generen, y adoptaremos medidas para incentivar que las empresas del sector privado aprueben esquemas similares.

Hay mucho que reformar del sistema de patentes, pero ésta, aunque beneficia a los investigadores, no nos parece ni mucho menos prioritaria a medio plazo, dados los problemas que tiene la I+D+i española y máxime cuando la mayoría de las patentes no acaban siendo explotadas en absoluto.

Y hasta aquí acaba el asunto. ¿Qué tenemos? Cinco medidas que, independientemente de que sean buenas o malas, son netamente insuficientes, no solucionan el problema del sistema de I+D+i español. A nuestro enteder faltan demasiados puntos sin los que nos tememos que esta pretendida “reforma” del sistema de I+D+i no surtirá ningún efecto en la realidad material de los científicos españoles.

¿Qué falta, pues? Desde nuestro punto de vista, falta casi todo, considerando la propuesta que en su día hicimos a los partidos políticos. Además de intentar asumir el compromiso europeo del 3% de PIB en 2020 (es curioso que otras sugerencias y recomendaciones de la Unión Europea se cumplan a rajatabla, pero no ésta):

– Blindaje de los presupuestos dedicados a I+D+i pública.

– Aseguramiento de una financiación mínima anual para grupos.

– Asegurar la viabilidad y supervivencia de la ciencia básica (desatendida por el capital privado financia al no generar rendimientos a corto plazo).

– Definición de una carrera científica digna para los científicos.

– Programa de retorno del talento exiliado.

– Programa de atracción de talento. Criterios de evaluación para investigadores. Becas de movilidad en investigación.

– Acabar con la brecha laboral entre hombres y mujeres.

– Favorecer la conciliación de la vida laboral y personal.

– Auditoría a empresas que reciban grandes subveciones en I+D+I para asegurarnos que son debidamente empleadas.

– Aumento de la financiación a PYMES que inviertan en I+D+i.

– Asesoría pública a PYMES para fomentar dicha inversión. Incentivos fiscales para estimularlo.

– Asegurar la transparencia en Universidades y OPIs en criterios relacionados con la I+D+i.

– Facilitar la publicación en revistas de código abierto…

Podríamos seguir un buen rato, en definitiva, en las 150 medidas del acuerdo PP-Ciudadanos falta casi todo lo necesario para reformar el sistema español de I+Di+i y convertirlo en el sistema que los ciudadanos merecen.

Estas pobres medidas están fundamentalmente orientadas a aumentar la financiación privada en I+D+i, pretendiendo situarla al nivel de otros países, olvidándose de la principal damnificada de la crisis y los recortes: la I+D+i pública y sus trabajadores. Así, la I+D pública permanece igual de tocada, si no hundida -no como la de aquellos países a los que nos queremos parecer-, con estas reformas vacías de contenido además de insuficientes. Gobierne quién gobierne, nos tendréis enfrente para recordároslo siempre: sin Ciencia no hay Futuro.

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